Baipás para la bomba
Otro hito en la búsqueda de la bomba ideal fue el desarrollo de una válvula de baipás. Esta válvula de rebose se monta en el circuito calefactor, entre la alimentación y el retorno, para poder influir mecánicamente en el conjunto hidráulico. Si, por ejemplo, la presión del agua que fluye es demasiado elevada, la válvula de baipás se activa para realizar una compensación de presión.
En los primeros tiempos de la calefacción central, las bombas circuladoras aún no estaban adaptadas óptimamente. En aquella época, realizar un dimensionamiento preciso de la instalación de calefacción requería mucho esfuerzo y resultaba muy costoso. Por ello, en muchos casos se utilizaban bombas sobredimensionadas para garantizar una demanda de calor suficiente. Los molestos ruidos que se generaban por la elevada altura de impulsión se redujeron drásticamente al introducir la válvula de baipás en 1968.
Abriendo el nuevo componente, la altura de impulsión de la instalación de calefacción se reducía y los ruidos se atenuaban. El caudal de la bomba se podía ajustar de forma continua hasta un valor de 0 en función de las necesidades del usuario. Normalmente era suficiente con seleccionar un valor bajo para garantizar la potencia de la calefacción. En caso de que la bomba circuladora no transportara suficiente agua caliente de la caldera a las calefacciones, es decir, si las estancias no se calentaban lo suficiente, el caudal podía reajustarse con un ajuste más elevado de la válvula de baipás.
Además, esta pieza mecánica adicional supuso una buena solución para reducir los costes de calefacción. Hasta ese momento, las bombas de calefacción no solo funcionaban de forma independiente con respecto a la demanda real, sino que además seguían funcionando innecesariamente cuando la calefacción no estaba encendida. El suministro adaptado a las necesidades del radiador gracias a la válvula de baipás permitió utilizar mejor el calor en las estancias y, asimismo, redujo el despilfarro de recursos.